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Moral autónoma y moral heterónoma

En el mundo heterónomo todo lo atribuimos a algo externo: la culpa está en el diablo o en el obsesor, el efecto está en la ira divina y la reparación está en la imposición kármica. Todo, absolutamente todo en el mundo heterónomo, viene como una imposición externa, a través de leyes que respetamos por obligación, y no por entendimiento. Y ante la ausencia de ella o sus actores, nos vemos sin límites y hasta sin autoestima.