{"id":7994,"date":"2023-10-29T14:44:35","date_gmt":"2023-10-29T17:44:35","guid":{"rendered":"https:\/\/www.geolegadodeallankardec.com.br\/?p=7994"},"modified":"2023-11-28T10:48:40","modified_gmt":"2023-11-28T13:48:40","slug":"encarnacao-como-castigo-pelo-pecado","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/www.geolegadodeallankardec.com.br\/es\/articulos-2\/articulos-de-la-revista-espiritual\/la-encarnacion-como-castigo-por-el-pecado\/","title":{"rendered":"La encarnaci\u00f3n como castigo por el pecado"},"content":{"rendered":"
\"imagen_pdf\"<\/a>\"imagen_impresi\u00f3n\"<\/a><\/div>\n

El art\u00edculo siguiente, que trata del principio de la no retrogradaci\u00f3n del Esp\u00edritu y elimina la idea de la reencarnaci\u00f3n como castigo<\/a>, fue obtenido del art\u00edculo \u201cSobre el principio de la no retrogradaci\u00f3n del Esp\u00edritu\u201d, de la Revista Esp\u00edrita de junio de 1863. Contradice lo incluido en la adulteraci\u00f3n del Cielo y del Infierno, como demostramos \u201cLa prueba m\u00e1s contundente de la manipulaci\u00f3n del Cielo y el Infierno de Allan Kardec<\/a>“.<\/p>\n\n\n\n

Como se han planteado varias veces cuestiones sobre el principio de la no retrogradaci\u00f3n de los esp\u00edritus, principio que ha sido interpretado de manera diferente, trataremos de resolverlas. El Espiritismo quiere ser claro para todos y no dejar a sus futuros adeptos ning\u00fan motivo para discutir sobre las palabras, por lo que todos los puntos susceptibles de interpretaci\u00f3n ser\u00e1n dilucidados sucesivamente.<\/p>\n\n\n\n

Los esp\u00edritus no retroceden<\/strong>, en el sentido de que no pierden nada de lo que han progresado. Pueden permanecer moment\u00e1neamente inm\u00f3viles, pero no pueden volverse malos por ser buenos, ni ignorantes por ser sabios. Este es el principio general, que s\u00f3lo se aplica al estado moral y no a la situaci\u00f3n material, que de buena puede volverse mala si el Esp\u00edritu lo ha merecido.<\/p>\n\n\n\n

Hagamos una comparaci\u00f3n. Supongamos un hombre de mundo, culto, pero culpable de un delito que le lleva a galeras. Para \u00e9l, sin duda se ha producido una gran ca\u00edda en la posici\u00f3n social y el bienestar material. A la estima y la consideraci\u00f3n suceden el desprecio y la abyecci\u00f3n. Sin embargo, no ha perdido nada en cuanto al desarrollo de su inteligencia. Llevar\u00e1 a la c\u00e1rcel sus facultades, sus talentos y sus conocimientos. Es un hombre ca\u00eddo, y as\u00ed es como deben entenderse los esp\u00edritus ca\u00eddos. Dios puede, pues, despu\u00e9s de un cierto per\u00edodo de prueba, sacar de un mundo donde no han progresado moralmente, a aquellos que le han descubierto<\/em>, que se han rebelado contra sus leyes, y enviarlos a expiar sus errores y su endurecimiento en un mundo inferior, entre seres a\u00fan menos avanzados. All\u00ed ser\u00e1n lo que eran antes, moral e intelectualmente, pero en una condici\u00f3n infinitamente m\u00e1s penosa, debido a la propia naturaleza del globo y, sobre todo, al medio en el que se encuentran. En una palabra, estar\u00e1n en la posici\u00f3n de un hombre civilizado obligado a vivir entre salvajes, o de un hombre educado condenado a la sociedad de los forzados. Han perdido su posici\u00f3n y sus ventajas, pero no han retrocedido a su estado primitivo. No se han convertido de adultos en ni\u00f1os. Esto es lo que se entiende por no regresi\u00f3n. Si no han aprovechado su tiempo, tienen que empezar de nuevo. En su bondad, Dios no quiere dejarlos m\u00e1s tiempo entre los buenos, cuya paz perturban, y por eso los env\u00eda a vivir entre hombres cuya misi\u00f3n ser\u00e1 hacerlos progresar ense\u00f1\u00e1ndoles lo que saben. Mediante este trabajo podr\u00e1n avanzar y regenerarse, expiando las faltas pasadas, como el esclavo que paga poco a poco para comprar un d\u00eda su libertad. Sin embargo, como el esclavo, muchos s\u00f3lo ahorran dinero en lugar de acumular virtudes, las \u00fanicas que pueden pagar su rescate.<\/p>\n\n\n\n

Esta ha sido hasta ahora la situaci\u00f3n en nuestra Tierra, un mundo de expiaci\u00f3n y pruebas, donde la raza ad\u00e1mica, una raza inteligente, fue exiliada entre las razas primitivas inferiores que la habitaban antes que ella. Por eso hay tanta amargura aqu\u00ed, amargura que est\u00e1 lejos de ser sentida en el mismo grado por los pueblos salvajes.<\/p>\n\n\n\n

Existe, ciertamente, un retroceso del Esp\u00edritu en el sentido de que frena su progreso, pero no desde el punto de vista de sus adquisiciones, a causa de las cuales y del desarrollo de su inteligencia, su degradaci\u00f3n social le resulta m\u00e1s penosa. Por eso el hombre de mundo sufre m\u00e1s en un medio abyecto que el hombre que ha vivido siempre en el fango.<\/p>\n\n\n\n

Seg\u00fan un sistema algo enga\u00f1oso a primera vista, los esp\u00edritus no fueron creados para encarnarse y la encarnaci\u00f3n s\u00f3lo ser\u00eda el resultado de su falta. Tal sistema es socavado por la mera consideraci\u00f3n de que si no hubiera faltado ning\u00fan esp\u00edritu, no habr\u00eda seres humanos en la Tierra ni en otros mundos. Ahora bien, puesto que la presencia del hombre es necesaria para el mejoramiento material de los mundos; puesto que contribuye con su inteligencia y su actividad a la obra general, es uno de los engranajes esenciales de la Creaci\u00f3n. Dios no podr\u00eda subordinar la realizaci\u00f3n de esta parte de su obra a la eventual ca\u00edda de sus criaturas, a menos que dispusiera de un n\u00famero suficiente de culpables para proporcionar obreros a los mundos creados y por crear. El sentido com\u00fan rechaza tal idea.<\/p>\n\n\n\n

La encarnaci\u00f3n es, pues, una necesidad para el Esp\u00edritu que, en el cumplimiento de su misi\u00f3n providencial, trabaja por su propio progreso mediante la actividad y la inteligencia que debe desarrollar para proveer a su vida y bienestar.<\/p>\n\n\n\n

Pero la encarnaci\u00f3n se convierte en un castigo cuando, al no haber hecho lo que deb\u00eda, el Esp\u00edritu se ve obligado a empezar de nuevo y multiplica sus dolorosas existencias corp\u00f3reas por su propia culpa. Un estudiante s\u00f3lo se grad\u00faa despu\u00e9s de haber aprobado todas las clases. \u00bfSon estas clases un castigo? No. Son una necesidad, una condici\u00f3n indispensable para su progreso. Pero si, por pereza, se ve obligado a repetirlas, entonces es un castigo. Aprobar algunas de ellas es un m\u00e9rito. Lo cierto, por tanto, es que la encarnaci\u00f3n en la Tierra es un castigo para muchos de los que la habitan, porque habr\u00edan podido evitarla, mientras que pueden haberla duplicado, triplicado, centuplicado, por su propia culpa, retrasando as\u00ed su entrada en mundos mejores. Lo que est\u00e1 mal es admitir, en principio, la encarnaci\u00f3n como castigo<\/strong>.<\/p>\n\n\n\n

Otra cuesti\u00f3n que se discute a menudo es la siguiente: puesto que el Esp\u00edritu fue creado simple e ignorante, con la libertad de hacer el bien o el mal, \u00bfno tiene una ca\u00edda moral cuando toma el camino equivocado, considerando que hace un mal que antes no hac\u00eda?<\/p>\n\n\n\n

Esta proposici\u00f3n no es m\u00e1s sostenible que la anterior. S\u00f3lo hay ca\u00edda cuando se pasa de un estado relativamente bueno a otro peor. Ahora bien, creado simple e ignorante, el Esp\u00edritu est\u00e1, en su origen, en un estado de nulidad moral e intelectual, como el ni\u00f1o que acaba de nacer. Si no ha hecho el mal, tampoco ha hecho el bien; no es feliz ni infeliz; act\u00faa sin conciencia ni responsabilidad. Como no tiene nada, no puede perder nada y no puede retroceder. Su responsabilidad s\u00f3lo comienza cuando se desarrolla su libre albedr\u00edo. Su estado primitivo no es, pues, el de una inocencia inteligente y razonada. En consecuencia, el mal que hace m\u00e1s tarde, quebrantando las leyes de Dios y abusando de las facultades que le han sido dadas, no es un retorno del bien al mal, sino la consecuencia del mal camino por el que entr\u00f3.<\/p>\n\n\n\n

Esto nos lleva a otra pregunta. \u00bfPodr\u00eda Ner\u00f3n, por ejemplo, mientras estaba encarnado como Ner\u00f3n, haber cometido m\u00e1s maldades que en su encarnaci\u00f3n anterior? A esto respondemos \"s\u00ed\", lo que no implica que en la existencia en la que hubiera hecho menos maldad hubiera sido mejor. Para empezar, el mal puede cambiar de forma sin ser un mal mayor o menor. La posici\u00f3n de Ner\u00f3n como emperador, al haberle puesto en el punto de mira, permiti\u00f3 que sus acciones fueran m\u00e1s ampliamente reconocidas. En una existencia oscura pudo haber cometido actos igualmente reprobables, aunque a menor escala, que pasaron desapercibidos. Como gobernante, podr\u00eda haber ordenado el incendio de una ciudad. Como persona corriente, podr\u00eda quemar una casa y hacer perecer a su familia. Un asesino ordinario que mata a unos cuantos viajeros para desposeerlos, si estuviera en el trono ser\u00eda un tirano sanguinario, haciendo a gran escala lo que su posici\u00f3n s\u00f3lo le permite hacer a peque\u00f1a escala.<\/p>\n\n\n\n

Considerando la cuesti\u00f3n desde otro punto de vista, podemos decir que un hombre puede hacer m\u00e1s mal en una existencia que en la anterior, mostrar vicios que no ten\u00eda, sin que ello implique degeneraci\u00f3n moral. A menudo son las ocasiones las que faltan para hacer el mal. Cuando el principio existe en estado latente, llega la ocasi\u00f3n y se revelan los malos instintos.<\/p>\n\n\n\n

La vida ordinaria nos ofrece numerosos ejemplos de ello: Un hombre que se ten\u00eda por bueno revela de pronto vicios que nadie sospechaba y que causan admiraci\u00f3n. Es simplemente porque supo disimularlo, o porque una causa provoc\u00f3 el desarrollo de un mal germen. Es muy cierto que aquellos en quienes los buenos sentimientos est\u00e1n fuertemente arraigados ni siquiera tienen el pensamiento del mal. Cuando tal pensamiento existe, el germen existe. A menudo s\u00f3lo falta la ejecuci\u00f3n.<\/p>\n\n\n\n

Entonces, como hemos dicho, el mal, incluso bajo formas diferentes, sigue siendo mal. El mismo principio vicioso puede ser la fuente de una serie de actos diferentes que tienen su origen en la misma causa. El orgullo, por ejemplo, puede hacer que se cometan un gran n\u00famero de faltas, a las que se est\u00e1 expuesto mientras no se extirpe el principio radical. Un hombre puede, pues, tener faltas en una vida que no habr\u00eda mostrado en otra, y que no son m\u00e1s que las diversas consecuencias del mismo principio vicioso.<\/p>\n\n\n\n

Para nosotros, Ner\u00f3n es un monstruo porque cometi\u00f3 atrocidades. Pero, \u00bfes cre\u00edble que estos hombres p\u00e9rfidos e hip\u00f3critas, verdaderas v\u00edboras que siembran el veneno de la calumnia, expolian a las familias mediante la astucia y el abuso de confianza, que cubren sus fechor\u00edas con la m\u00e1scara de la virtud para alcanzar sus fines con mayor seguridad y recibir alabanzas cuando s\u00f3lo merecen execraci\u00f3n, es cre\u00edble, dec\u00edamos, que sean mejores que Ner\u00f3n? Desde luego que no. Reencarnarse en un Ner\u00f3n no ser\u00eda para ellos una regresi\u00f3n, sino una oportunidad de mostrarse bajo una nueva luz. En esta condici\u00f3n, mostrar\u00e1n los vicios que sol\u00edan ocultar. Se atrever\u00e1n a hacer por la fuerza lo que antes hac\u00edan con astucia: \u00e9sa es toda la diferencia. Pero esta nueva prueba s\u00f3lo har\u00e1 m\u00e1s terrible su castigo si, en lugar de aprovechar los medios que se les dan para enmendarse, los utilizan para el mal. Sin embargo, toda existencia, por mala que sea, es una oportunidad para que el Esp\u00edritu progrese. Desarrolla su inteligencia y adquiere experiencias y conocimientos que m\u00e1s tarde le ayudar\u00e1n a progresar moralmente.<\/p>\n

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