{"id":4805,"date":"2022-01-05T12:44:21","date_gmt":"2022-01-05T15:44:21","guid":{"rendered":"https:\/\/www.geolegadodeallankardec.com.br\/?p=4805"},"modified":"2022-05-09T18:15:08","modified_gmt":"2022-05-09T21:15:08","slug":"o-orgulho-dissertacao-moral-ditada-por-sao-luis-a-srta-hermance-dufaux","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/www.geolegadodeallankardec.com.br\/es\/articulos-2\/estudios-del-revista-espiritu-2\/el-orgullo-moral-disertacion-dictada-por-sao-luis-a-miss-hermance-dufaux\/","title":{"rendered":"Orgullo \u2013 Dictado por San Luis"},"content":{"rendered":"
\"imagen_pdf\"<\/a>\"imagen_impresi\u00f3n\"<\/a><\/div>\n

Revista esp\u00edrita \u2014 Revista de estudios psicol\u00f3gicos \u2014 1858 > Mayo > Orgullo \u2013 Disertaci\u00f3n moral dictada por San Luis a la Srta. Hermance Dufaux<\/strong><\/p>\n\n\n\n

Caso I<\/strong> \u2013 Orgullo y humildad<\/h2>\n\n\n\n

Un se\u00f1or soberbio pose\u00eda unas pocas hect\u00e1reas (medida agraria con 0,2 hect\u00e1rea)<\/a> de buena tierra. Estaba orgulloso de las pesadas espigas que cubr\u00edan su campo, y miraba con desd\u00e9n el campo yermo de los humildes. Este se levant\u00f3 al canto del gallo y estuvo todo el d\u00eda encorvado sobre la tierra ingrata; pacientemente recogi\u00f3 los guijarros y los arroj\u00f3 al costado del camino; revolvi\u00f3 profundamente la tierra y arranc\u00f3 con dificultad los espinos que la cubr\u00edan. Pues, su sudor hizo fructificar el campo, y recogi\u00f3 el mejor trigo.<\/p>\n\n\n\n

Sin embargo, la ciza\u00f1a creci\u00f3 en el campo del hombre orgulloso y sofoc\u00f3 el trigo, mientras el due\u00f1o se jactaba de su fecundidad y miraba con l\u00e1stima los silenciosos esfuerzos de los humildes.<\/p>\n\n\n\n

De cierto os digo, que la soberbia es como la ciza\u00f1a que ahoga el buen grano. El de entre vosotros que se tiene por m\u00e1s que su hermano y se jacta es un necio. Sabio es el que trabaja para s\u00ed mismo, como el humilde en su campo, sin enorgullecerse de su trabajo.<\/p>\n\n\n\n

\"SRA.
SRA. Ermance Dufaux<\/strong><\/figcaption><\/figure><\/div>\n\n\n\n

Caso II<\/strong> \u2013 El rico y el pobre le\u00f1ador<\/h2>\n\n\n\n

Hab\u00eda un hombre rico y poderoso que disfrutaba del favor del pr\u00edncipe. Vivi\u00f3 en palacios y numerosos sirvientes intentaron adivinar sus deseos.<\/p>\n\n\n\n

Un d\u00eda, cuando sus mochilas estaban acorralando a un ciervo en lo profundo del bosque, vio a un pobre le\u00f1ador inclinado bajo el peso de un fardo de le\u00f1a. Lo llam\u00f3 y le dijo:<\/p>\n\n\n\n

\u2500 \u00a1Esclavo vil! \u00bfPor qu\u00e9 pasas por el camino sin inclinarte ante m\u00ed? Soy igual al Se\u00f1or: en los consejos mi voz decide la paz y la guerra, y los grandes del reino se inclinan ante m\u00ed. Sabed que soy sabio entre los sabios, poderoso entre los poderosos, grande entre los grandes, y mi elevaci\u00f3n es obra de mis manos.<\/p>\n\n\n\n

\u2500 \u201c\u00a1Se\u00f1or! \u2500 respondi\u00f3 el pobre hombre, \u2500 tem\u00ed que mi humilde saludo te ofendiera. Soy pobre y el \u00fanico bien que tengo son mis brazos, pero no deseo tu enga\u00f1osa grandeza. Duermo en mi sue\u00f1o y no temo, como t\u00fa, que la voluntad del Se\u00f1or me haga caer en mis tinieblas.<\/p>\n\n\n\n

Ahora el pr\u00edncipe estaba cansado del orgullo de la arrogancia. Los grandes humillados se levantaron contra \u00e9l, y fue arrojado desde el pin\u00e1culo de su poder, como una hoja seca que el viento arrebata de la cima de la monta\u00f1a. Pero el humilde hombre sigui\u00f3 tranquilamente su \u00e1spero trabajo, sin preocuparse por el d\u00eda siguiente.<\/p>\n\n\n\n

Caso tercero<\/strong> \u2013 El soberbio<\/h2>\n\n\n\n

Orgulloso, hum\u00edllate, porque la mano del Se\u00f1or doblar\u00e1 tu orgullo hasta el polvo.<\/p>\n\n\n\n

\u00a1Escuchando! Naciste donde el destino te arroj\u00f3; saliste del vientre de tu madre d\u00e9bil y desnudo como el \u00faltimo de los hombres. \u00bfPor qu\u00e9 levantas la frente m\u00e1s que tus semejantes, que, como ellos, nacieron para el dolor y la muerte?<\/p>\n\n\n\n

\u00a1Escuchando! Vuestras riquezas y vuestra grandeza, vanidades de vanidades, se escapar\u00e1n de vuestras manos cuando llegue el gran d\u00eda, como las aguas movedizas del torrente que evapora el sol. No tomar\u00e1s de tus riquezas m\u00e1s que las tablas del ata\u00fad, y los t\u00edtulos grabados en la l\u00e1pida ser\u00e1n palabras vac\u00edas.<\/p>\n\n\n\n

\u00a1Escuchando! El perro del sepulturero jugar\u00e1 con vuestros huesos, y se mezclar\u00e1n con los del mendigo; tu polvo se mezclar\u00e1 con el de \u00e9l, porque un d\u00eda ambos ser\u00e9is polvo. Entonces maldecir\u00e1s los dones que has recibido, cuando veas al mendigo revestido de su gloria, y llorar\u00e1s por tu orgullo.<\/p>\n\n\n\n

Hum\u00edllate, soberbia, porque la mano del Se\u00f1or doblegar\u00e1 hasta el polvo tu soberbia.<\/p>\n\n\n\n

las par\u00e1bolas<\/p>\n\n\n\n

\u00bfPor qu\u00e9 San Luis nos habla en par\u00e1bolas?<\/h2>\n\n\n\n

\u2500 Parece que hoy la lecci\u00f3n deber\u00eda d\u00e1rsenos de una manera m\u00e1s directa, sin tener que recurrir a la alegor\u00eda.<\/p>\n\n\n\n

\u2500 Al esp\u00edritu humano le gusta el misterio. La lecci\u00f3n se graba mejor en el coraz\u00f3n cuando la buscamos.<\/p>\n\n\n\n

\u2500 Lo encontrar\u00e1s en desarrollo. Quiero que me lean, y la moral necesita un disfraz bajo el atractivo del placer.<\/p>\n

\n\t\t\t
\n\t\t\t <\/div><\/div>\n\t\t