tercero<\/strong> \u2013 El soberbio<\/h2>\n\n\n\nOrgulloso, hum\u00edllate, porque la mano del Se\u00f1or doblar\u00e1 tu orgullo hasta el polvo.<\/p>\n\n\n\n
\u00a1Escuchando! Naciste donde el destino te arroj\u00f3; saliste del vientre de tu madre d\u00e9bil y desnudo como el \u00faltimo de los hombres. \u00bfPor qu\u00e9 levantas la frente m\u00e1s que tus semejantes, que, como ellos, nacieron para el dolor y la muerte?<\/p>\n\n\n\n
\u00a1Escuchando! Vuestras riquezas y vuestra grandeza, vanidades de vanidades, se escapar\u00e1n de vuestras manos cuando llegue el gran d\u00eda, como las aguas movedizas del torrente que evapora el sol. No tomar\u00e1s de tus riquezas m\u00e1s que las tablas del ata\u00fad, y los t\u00edtulos grabados en la l\u00e1pida ser\u00e1n palabras vac\u00edas.<\/p>\n\n\n\n
\u00a1Escuchando! El perro del sepulturero jugar\u00e1 con vuestros huesos, y se mezclar\u00e1n con los del mendigo; tu polvo se mezclar\u00e1 con el de \u00e9l, porque un d\u00eda ambos ser\u00e9is polvo. Entonces maldecir\u00e1s los dones que has recibido, cuando veas al mendigo revestido de su gloria, y llorar\u00e1s por tu orgullo.<\/p>\n\n\n\n
Hum\u00edllate, soberbia, porque la mano del Se\u00f1or doblegar\u00e1 hasta el polvo tu soberbia.<\/p>\n\n\n\n
las par\u00e1bolas<\/p>\n\n\n\n
\u00bfPor qu\u00e9 San Luis nos habla en par\u00e1bolas?<\/h2>\n\n\n\n
\u2500 Parece que hoy la lecci\u00f3n deber\u00eda d\u00e1rsenos de una manera m\u00e1s directa, sin tener que recurrir a la alegor\u00eda.<\/p>\n\n\n\n
\u2500 Al esp\u00edritu humano le gusta el misterio. La lecci\u00f3n se graba mejor en el coraz\u00f3n cuando la buscamos.<\/p>\n\n\n\n
\u2500 Lo encontrar\u00e1s en desarrollo. Quiero que me lean, y la moral necesita un disfraz bajo el atractivo del placer.<\/p>\n
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