{"id":4742,"date":"2021-12-09T13:22:24","date_gmt":"2021-12-09T16:22:24","guid":{"rendered":"https:\/\/www.geolegadodeallankardec.com.br\/?p=4742"},"modified":"2021-12-09T13:42:18","modified_gmt":"2021-12-09T16:42:18","slug":"o-sr-home-iii-e-variedades","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/www.geolegadodeallankardec.com.br\/es\/articulos-2\/estudios-del-revista-espiritu-2\/o-sr-home-iii-e-variedades\/","title":{"rendered":"El se\u00f1or. Inicio III y Variedades"},"content":{"rendered":"
El se\u00f1or. El hogar siempre fue mencionado por Allan Kardec como un m\u00e9dium con habilidades especiales y sorprendentes, pero nada se le impuso sobre los fen\u00f3menos de las apariciones. En esta Revista Esp\u00edrita, Kardec nos cuenta un poco m\u00e1s sobre otras facultades y los fen\u00f3menos que de ella surgen en otros medios. Para concluir, todav\u00eda citaremos hechos adicionales que \u00e9l llam\u00f3 variedades<\/em><\/p>\n\n\n\n Kardec se pregunta: \u00bfpor qu\u00e9 se materializan las manos y no otras partes del cuerpo? Sin embargo, hay informes de m\u00e9diums que hacen aparecer todo el cuerpo.<\/p>\n\n\n\n Por lo general, el aspecto de la mano se manifiesta bajo el mantel, por las ondulaciones que se producen al cubrir toda la superficie. Luego \u00e9l se asoma a los bordes de la toalla, que ella levanta; a veces llega a pararse sobre el mantel, justo en medio de la mesa; otras veces toma un objeto y lo mete debajo de la toalla. Esta mano, visible para todos, no es ni vaporosa ni trasl\u00facida: tiene un color y una opacidad naturales; en la mu\u00f1eca, termina indefinidamente. Si alguien lo toca sin ulteriores motivos hostiles, ofrece resistencia, solidez y la impresi\u00f3n de una mano viva; su calor es suave, algo h\u00famedo. No es absolutamente inerte, porque act\u00faa, se presta a los movimientos que se le imprimen, o resiste, nos acaricia, o nos estruja. Si por el contrario queremos atraparlo de golpe y por sorpresa, s\u00f3lo encontraremos vac\u00edo.<\/p>\n\n\n\n Sosten\u00eda una campana de mesa entre sus dedos; mano, invisible al principio, y poco despu\u00e9s perfectamente visible, vino a tomarlo, haciendo esfuerzos por arrebat\u00e1rselo; al no haberlo hecho, procedi\u00f3 a tirar de \u00e9l para hacerlo resbalar. El esfuerzo de tracci\u00f3n fue tan sensible como lo habr\u00eda sido cualquier mano humana. Habiendo tratado de agarrar esa mano violentamente, solo encontr\u00f3 aire; habiendo abierto los dedos, la campana qued\u00f3 suspendida en el aire y fue a posarse lentamente en el suelo.<\/p>\n\n\n\n Varias personas estaban reunidas alrededor de una de esas mesas de comedor que se parten en dos. Se escuchan latidos; la mesa tiembla, se abre sola, y por la rendija asoman tres manos: una de tama\u00f1o normal, otra muy grande y una tercera muy peluda. Los tocan, los sienten, les dan la mano a los transe\u00fantes y luego se disuelven.<\/p>\n\n\n\n En casa de uno de los amigos que hab\u00eda perdido un hijo a temprana edad, lo que aparece es la mano de un reci\u00e9n nacido. Todo el mundo puede verlo y tocarlo. Este ni\u00f1o se sienta en el regazo de la madre, que siente claramente la impresi\u00f3n de todo su cuerpo sobre las rodillas.<\/p>\n\n\n\n La mano que aparece tambi\u00e9n puede escribir. A veces se detiene en medio de la mesa, toma un l\u00e1piz y traza las letras en el papel preparado. Sin embargo, la mayor\u00eda de las veces, toma el papel debajo de la mesa y lo devuelve todo escrito. Si la mano se vuelve invisible, la escritura parece producirse por s\u00ed misma. De esta manera, se obtienen respuestas a las diversas preguntas que se pueden formular.<\/p>\n\n\n\n Otro g\u00e9nero de manifestaciones, no menos notable, pero que puede explicarse por lo que acabamos de decir, es el de los instrumentos musicales que tocan solos. Suelen ser pianos o acordeones. En tales circunstancias, se ve claramente que las teclas se mueven, as\u00ed como los fuelles. La mano que toca es a veces visible, a veces invisible. El aria que se escucha se puede conocer y tocar a pedido. Si el artista invisible se deja a su suerte, produce acordes armoniosos, cuyo efecto recuerda la vaga y suave melod\u00eda del arpa e\u00f3lica.<\/p>\n\n\n\n En casa de un suscriptor, donde tantas veces ocurrieron tales fen\u00f3menos, el esp\u00edritu que se manifest\u00f3 fue el de un joven fallecido tiempo atr\u00e1s, amigo de la familia que en vida revel\u00f3 notables dotes musicales. La naturaleza de las arias que prefer\u00eda tocar no dejaba dudas sobre su identidad a todos los que lo hab\u00edan conocido.<\/p>\n\n\n\n El hecho m\u00e1s extraordinario en este g\u00e9nero de manifestaciones no es, a juicio de Kardec, la apariencia. Si fuera siempre aeriforme, ser\u00eda compatible con la naturaleza et\u00e9rea que atribuimos a los esp\u00edritus. Ahora bien, nada se opone a que esta materia et\u00e9rea se haga perceptible a los ojos, por una especie de condensaci\u00f3n, sin perder su propiedad vaporosa. Lo m\u00e1s extra\u00f1o es la solidificaci\u00f3n de esta misma materia, lo suficientemente resistente como para dejar una huella visible en nuestros \u00f3rganos. En el pr\u00f3ximo n\u00famero explicaremos este singular fen\u00f3meno, seg\u00fan la ense\u00f1anza de los mismos Esp\u00edritus. En esa fecha, se limitaron a deducir una consecuencia relacionada con el toque espont\u00e1neo de instrumentos musicales. En efecto, dado que la tangibilidad ocasional de esta materia et\u00e9rea es un hecho establecido, y dado que en tal estado la mano, aparente o no, ofrece resistencia suficiente para ejercer presi\u00f3n sobre cuerpos s\u00f3lidos, no es de extra\u00f1ar que pueda ejercer presi\u00f3n sobre cuerpos s\u00f3lidos. cuerpos lo suficiente como para mover las teclas de un instrumento. Por otro lado, hechos no menos positivos probaron que esta mano pertenece a un ser inteligente. No es de extra\u00f1ar, entonces, que esta inteligencia se manifestara a trav\u00e9s de los sonidos musicales, ya que pod\u00eda hacerlo a trav\u00e9s de la escritura y el dibujo.<\/p>\n\n\n\n Una vez entrado en este orden de ideas, los latidos vibratorios, el movimiento de los objetos y todos los fen\u00f3menos esp\u00edritas de orden material, se explican con mucha naturalidad.<\/p>\n\n\n\n Vamos a la segunda parte de este post. Kardec muestra su descontento con las cr\u00edticas atribuidas al Sr. domicilio en los siguientes t\u00e9rminos: <\/p>\n\n\n\n En ciertos individuos la malevolencia no conoce l\u00edmites. La calumnia siempre tiene veneno contra todo aquel que se eleva por encima de la multitud. Los oponentes del Sr. Home pens\u00f3 que el rid\u00edculo es un arma muy fr\u00e1gil: debe abollarse contra los nombres respetables que lo rodean con su protecci\u00f3n. Como no pod\u00edan re\u00edrse a su costa, buscaron denigrarlo. Difundieron el rumor, con el objetivo de que bien entendamos y las malas lenguas lo repitan que el Sr. No hab\u00eda salido de casa para Italia, como se hab\u00eda anunciado, sino que estaba en la prisi\u00f3n de Mazas, bajo el peso de graves acusaciones, que se cuentan como an\u00e9cdotas, de las que siempre est\u00e1n \u00e1vidos los ociosos y los amigos del esc\u00e1ndalo.<\/p>\n\n\n\n Podemos decir que no hay nada de cierto en todas estas maquinaciones infernales. Tenemos varias cartas del Sr. Hogar, que data de Pisa, Roma y N\u00e1poles, donde ahora se encuentra. Por lo tanto, estamos en condiciones de probar lo que afirmamos.<\/p>\n\n\n\n Los esp\u00edritus tienen raz\u00f3n al decir que los verdaderos demonios est\u00e1n entre los hombres.<\/p><\/blockquote>\n\n\n\n Se ley\u00f3 en un peri\u00f3dico: seg\u00fan el Gazette des H\u00f4pitaux (Gaceta de hospitales)<\/em>), <\/em>naquele momento, contavam-se no hospital de “alienados” de Zurique 25 pessoas que perderam a raz\u00e3o gra\u00e7as \u00e0s mesas girantes e aos Esp\u00edritos batedores.<\/p>\n\n\n\n Para empezar, preguntaron si estaba bien establecido que estos 25 enajenados todos <\/em>la p\u00e9rdida de raz\u00f3n de los Esp\u00edritus Golpeadores, lo cual es discutible, al menos hasta que haya pruebas fehacientes. Suponiendo que estos extra\u00f1os fen\u00f3menos pudieran tener un efecto nocivo sobre ciertos caracteres d\u00e9biles, nos preguntar\u00edamos si, por otra parte, el miedo al demonio no enloquec\u00eda m\u00e1s que la creencia en los esp\u00edritus. Ahora bien, como a los esp\u00edritus no se les impide llamar, el peligro est\u00e1 en creer que todos los que se manifiestan son demonios. Al\u00e9jate de esta idea, dando a conocer la verdad, y no habr\u00e1 m\u00e1s miedo que a las luci\u00e9rnagas. La idea de que uno es acosado por el diablo est\u00e1 hecha a medida para perturbar la raz\u00f3n.<\/p>\n\n\n\n En cambio, ten\u00edan otra noticia, de otro diario, que dec\u00eda: hay un curioso documento estad\u00edstico de las desastrosas consecuencias a que arrastr\u00f3, entre los ingleses, la costumbre de la intemperancia y las bebidas fuertes. De cada 100 personas admitidas en el hospital de locos de Hamwel, hab\u00eda 72 cuya alienaci\u00f3n mental debe atribuirse a la embriaguez.<\/p>\n\n\n\n Recibieron de los suscriptores numerosos reportes de hechos muy interesantes que nos apresuraremos a publicar en nuestras pr\u00f3ximas ediciones, ya que la falta de espacio no les permiti\u00f3 hacerlo en esta.<\/p>\nLas manos<\/h3>\n\n\n\n
Casos que los involucran<\/h3>\n\n\n\n
caso 1<\/h4>\n\n\n\n
caso 2<\/h4>\n\n\n\n
caso 3<\/h4>\n\n\n\n
<\/figure><\/div>\n\n\n\n
las manos que escriben<\/h3>\n\n\n\n
Manos que tocan instrumentos<\/h3>\n\n\n\n
Conclusi\u00f3n<\/h3>\n\n\n\n
variedades<\/h2>\n\n\n\n
Malicia contra el Sr. casa<\/h3>\n\n\n\n
\u00bfLas mesas giratorias alienan a la gente?<\/h3>\n\n\n\n